Dime, por qué. ¿Por qué te empeñas en tocarme las narices?
¿No te das cuenta de lo guapo que estás con la boca cerrada? Pero di algo,
sinvergüenza. No te quedes callado, como esperando que baje la Virgen y todo su
séquito celestial. Pero cállate, que tu voz me irrita y me exaspera y me cabrea
y voy a acabar pegándote cuatro gritos.
Porque nunca sabes qué decir ni cuándo callar. Y para eso
estoy yo hoy, para echarte una mano. (Y a ver si tenemos suerte y uno que yo me
sé lo lee y se entera de por dónde va la cosa).
Que ni somos tan complicadas ni somos encefalograma plano;
ni conducimos mal ni nos gustan -solo- las películas de amor.
Somos más. Colega. Que no te enteras.
1.- Si te digo que elijas un restaurante es porque quiero
que me sorprendas; porque no quiero tener que pensar en ti, sino en mí. Que me
lo merezco.
2.- Si te doy las llaves del coche no es porque no me
apetezca conducir. Conduzco mejor que tú y, ¡lo sabes! Pero me gusta esa imagen
tradicional y clásica de 'sube, que te llevo'.
3.- No me hables de mi ex. No me interesa ni que preguntes,
ni que te compares. Y mucho menos hables de la tuya. No la menciones. Ni se te
ocurra mantener contacto; es más, borra su teléfono. No existe. ¿Queda claro?
4.- Sí, estoy en línea. Sí, te estoy viendo. ¿Qué haces que
no me escribes? ¿Con quién c*** estás hablando? Si quieres evitarte esto, abre
el whatsapp, da señales de vida, manda un emoticono, ¡algo! Y ya ponte a
comentar la final de la Champions. Pero lo primero, es lo primero.
5.- Y lo primero soy yo. Así de simple. No hay más.
6.- "¿Qué te pasa ahora?" No sé en qué momento y
de qué idea absurda nace ese 'ahora'. ¿Qué pasa, que sieeeempre me tiene que
estar pasando algo? No esperes una respuesta a esa pregunta. Espera un cóctel
molotov, como mínimo.
7.- Y espera una bomba nuclear si decides intervenir en
ciertos momentos clave. No me digas que tienes hermanas y que sabes lo que es.
No me digas que no es nuevo y que pasa todos los meses. No me digas que estoy
exagerando. Es más, no abras la boca. Porque es muy probable que te arranque la
cabeza y que ni pestañee al hacerlo.
8.- Compra chocolate, trae una amplia selección de películas
ñoñas y con final feliz, abrázame y cierra la boca. Y todo eso con una sonrisa.
¿Es tan difícil? Si lo hace Ashton Kutcher, ¿por qué no lo puedes hacer tú?
¿Por qué no puedes ser Ashton Kutcher?
9.- Ni después de más de dos mil años de historia, lo
entiendes. Aunque de pequeñas nos gustaran los cuentos, aunque no nos
pudiéramos dormir sin Cenicienta o La Bella Durmiente; no nos los creímos
entonces y no nos los creemos ahora. ¿De verdad piensas que porque me digas que 'yo soy', y que 'tú eres' y que blablabla voy a caer
rendida a tus brazos?
10.- Es más que probable que sí, que caiga. Que me crea tus
cuentos y que me lleves a donde quieres, que hagas y deshagas a tu manera. Pero
también es más que probable que la onda expansiva de mi furia te alcance cuando
abra los ojos y vea el pedazo de mierda que estás hecho. Que parezcamos tontas
no significa que lo seamos. Apúntatelo.
11.- Si llegas a este punto, donde además del pito has
metido la pata, ¡huye! Corre lo más lejos que puedas, porque me voy a vengar de
ti, voy a aplastarte con todas mis fuerzas. Y lo mejor de todo es que ni vas a
ver venir el golpe.
12.- A veces -solo a veces- un 'perdona, soy un capullo'
basta.
13.- Por cada minuto que pasa sin que pidas disculpas, es un
centímetro más que se me hincha la vena. Aviso.
14.- Yo, para ti, soy lo primero. Tú, para mí, también, pero
mis amigas, las noches de vino y sushi y las madrugadas de reggaeton, son
sagradas.
15.- Deja de estudiar, dimite de tu trabajo, salte de la
cola del paro. Tú lo que tienes que hacer es dedicarte al negocio del motor. Me
has vendido la moto y te he comprado la equipación entera. Pero todo está defectuoso
y me he pegado la hostia.
16.- Tenemos memoria. Y además, memoria selectiva. Si dices que me llamas mañana, llámame. Si dices que el sábado me llevas a cenar,
no oses irte de cañas con amigos. Si dices que me bajas la luna, me voy a
esperar, como mínimo, un par de estrellas.
17.- De verdad, en serio te lo digo: no hay nada peor que
una mujer colérica.
18.- Aprende. Si te digo que 'estoy gorda' no es porque crea
que lo esté. Es porque quiero oírte decir lo guapa que soy, lo preciosa que te
parezco o alguna de sus variantes.
19.- Todo lo que hayas podido decir pierde validez en el
momento en que te tomas la primera copa y lo que antes era blanco, ahora es
gris oscuro.
20.- Pasado un tiempo pertinente, voy a olvidarte. O por lo
menos voy a intentarlo. Me cueste con quien me acueste. Así que, por favor, si
tu interés desaparece, que no vuelva. Porque si quiero marearme me subo en una
montaña rusa. Con eso me basta.
21.- Déjate de tanto gris oscuro, claro o blanco roto. Con
nosotras: cristalino.
22.- No busques que me parezca a tu madre, ni a tu hermana,
ni a tu prima la del pueblo. Soy como soy. Y, si no te gusta, ya sabes donde
está la puerta.
23.- "Estás loca". Error. ¿Oyes eso? Es el portazo que acabo de dar.
24.- Si salgo corriendo, sal detrás. Siempre.
23.- "Estás loca". Error. ¿Oyes eso? Es el portazo que acabo de dar.
24.- Si salgo corriendo, sal detrás. Siempre.
25.- No busques entenderme. Limítate a quererme.