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lunes, 28 de octubre de 2013

Amor vincit omnia

Creo que hay muchas formas de quererse. No hay un manual, ni unas normas básicas que puedas seguir o ir de rebelde e ignorarlas. Cada uno elige su propio estilo, su propia forma de querer. Cada una es válida e inimitable. Única. Cuando dicen aquello de "cada relación es un mundo", tienen razón.



Hay quien opta por cubrir a la otra persona de regalos, de obsequios materiales que siempre hacen ilusión. Hay otros detallistas que prefieren las pequeñas cosas, como calcetines de colores.


Los hay que discuten porque saben valorar la magia de la reconciliación. Otros no discuten nunca. Creo que esto es un error. Hay que discutir. (Chicas, gritad. Chicos, pasad de todo). Es una de las claves para que las relaciones funcionen. Ya te lo advierten en Little Manhattan: "Todas las cosas que no dije, me estaba ahogando en ellas". Pues eso. No os ahoguéis


Hay quienes disfrutan de una noche de lluvia bajo una manta, con un capítulo -ó 3 ó 4- de The Walking Dead. Otros prefieren irse de copas (o de gintonics, que ahora están muy de moda) y bailar como si fueran los últimos invitados de una boda gitana. Hay también quienes prefieren cenar fuera y quienes prefieren llamar al japo de turno. 


Hay quienes están un mes y pico sin verse y quienes no aguantan ni cinco días sin sufrir síntomas de psicosis. Otros se tragan la saga entera de Crepúsculo con comentarios del director incluidos. 


Hay quienes llaman siempre y otros que no llaman nunca. Los hay, también, que hablan del futuro y otros que no necesitan hablarlo. Están los que piden entrante y los que prefieren postre, siempre para compartir. 


Hay amores en los que conduce Ella y otros en los que conduce Él. Los hay que te acompañan al coche y otros que no se duermen hasta escucharte llegar. Hay quien te da la mano en la calle y quien lo hace en la intimidad.  



Están los que tuvieron un comienzo de cuento de hadas y los que acabaron comiendo perdices. Los hay que dan sorpresas sin motivo y los que no lo necesitan. Hay quien prefiere las palabras con actos o los actos sin palabras. Pero siempre actos.



Hay tantos tipos de amores como tipos de personas. Alguien me dijo esto una vez. No lo olvidaré nunca. Y dejas de pensar en lo que creías que te faltaba porque estás muy ocupado enamorándote de todo lo que tienes. 






Amor vincit onmia - Love conquers all - El amor todo lo puede

martes, 24 de septiembre de 2013

Rodéate de gente interesante

Muchos me han preguntado quién es Salem y por qué le busco. Carlos Salem es un escritor, poeta y periodista argentino. (Le podréis encontrar aquí: http://elhuevoizquierdodeltalento.blogspot.com.es/) ¿Os acordáis del famosísimo "No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de que sus caderas..."? Pues es suyo. Sí señor. Es el artífice de semejante obra maestra. 



Salem está en mi lista de gente interesante, cuánto más le leo, más me engancha. Y eso es lo que más me gusta de la gente. Que te enganche.

Hay personas que crean adicción. Pero no en un sentido romántico. Conoces a alguien y te resulta tan interesante que hablar con esa persona se convierte en toda una atracción de feria, de esas de las que bajas encantado de la vida. Te has reído, has disfrutado y has vivido una experiencia totalmente diferente. 


En estos años, y sobre todo en épocas pasadas de pubertad, he conocido a gente muy pero que muy aburrida. Igual que un filete sin sal. Sosos hasta decir basta, sin nada que contar ni nada que transmitir. Personas que, además, tienden a ser tóxicas ya que su vida les aburre tantísimo que deciden meter el hocico en historias ajenas para darle un poquito de emoción. ¿Típico, verdad?

Con los años aprendes. Aprendes a diferenciar a esas personas grises de aquellas que dan color y vida a tus días. Esas son las personas que realmente merecen tu tiempo. En algunas, incluso, descubrirás, si tienes suerte, a tu amigo kamikaze. Yo lo hice. 


La vida, dentro de sus retorcidas intenciones, coloca en tu camino a personajes de todo tipo. Digievolucionamos a sabios cuando aprendemos a diferenciar entre moscas cojoneras cuyo único cometido es tocarte las narices, y entre aquellos personajes que bien podrían haber salido de alguna serie americana ganadora de dos o tres premios Emmy

Rodéate de gente interesante, de gente guay. Gente que alegre tus días y tus noches. No tienen por qué ser amigos íntimos, ni siquiera amigos. Sencillamente tiene que ser alguien que tenga algo que contar sin parecer un tertuliano de Sálvame. 

Es una suerte encontrar a alguien capaz de recomendarte un buen libro, una película de esas que te llegan tan adentro que difícilmente salen, un lugar que nada tenga que envidiar al paraíso o, simplemente, que por lo que hace o por las cosas que le gustan, te pueda contar mil batallitas, dejándote con la boca abierta.